Enamorao y cobarde

Mi mama me dio un consejo, mi papa me lo decía, que no le pelara el ojo a mujer comprometía, pero uno cuando esta mozo no anda pensando en manía, con mis conquista logra tranquila me divertía, de repente me di cuenta que las solteras me huían, en cambio que las casadas me correspondían, así me convertí en flojo, porque ellas me mantenían, unas me daban de aquello, otra me daban comía, y otras me daban dinero que a los maridos cogían, en casa de juan machete, estaba prendía, yo me encontraba cantando, y eligiendo casería, cuando mire un pinpoyito yo salte de la alegría
Cuando juliana me dijo que esa era comprometía, la mujer era bonita, pa más ñapa bien vestía, pierna gruesa pelo largo, mirada de picardía, con más rabo que una iguana, en una orqueta dormía, y una ubre más abulta que vaca recién paria, cuando comencé a bailar le dije, lo que quería, ella me dijo muy seria que andaba con una tía, que vivía cerquita del pueblo, que el hombre era policía, el lunes estuve allá, hablándole a maría, que asina es que se llamaba, esa negra recién tía, el marte llegue otra vez, cuando el marido salía, el miércoles por la tarde, me miraba y se reía, el jueves le agarre sus manos entre las mías, el viernes ya la bese, la muje se estremecía, el sábado francamente ella me correspondía, y a los siete días completo, la piazo e negra caía, yo pensé que después de este yo pensé que terminaría mi porfía, pero note con asombro que ahora era que la quería, y hasta llegue a imaginar que me tenía brujería, mi corazón descansaba era cuando la veía, me la pasaba escondió como tigre en casería, esperando que se fuera el negro juan Isaías pero pasa que una tarde cometo una tontería, de subírmele a una troja en propia luz del día, pues me dijo que seguro el marido no venía, como a las 7 de la noche supongo yo que seria, llego convertio en fiera el muérgano de policía, echando más maldiciones que una suegra resentía, que ya sabía dónde estábamos, que no me escaparía, lo más peor era que el negro ya pa la troja subía menos mal que el caballete portillito tenia y como yo soy pequeñito me di cuenta que cabía no lo pensé dos veces, por el hueco me salía, cayendo de platanazo como iguana desprendía, sin déjame pasar el golpe, como a 70 corría pero el negro condenao la pista me seguía por fin me le perdí al hombre, cortando una travesía, como a las cinco semanas me volví a jallar a maría, me dijo que se había ido , cuando el negro me seguía, se me quito la maña, pero fue por unos días, y si esa maña se quita, yo no lo sé todavía, me siguen echando susto y digo que es de malia