Mi fortaleza

Hablado:
Jesús, fortaléceme,
dime cómo vencer las tentaciones porque he fallado.
Me es fácil hacer las cosas que no debo hacer,
y esta es la batalla de todos los días.
Aunque reconozco, Señor,
que he dejado de orar y leer tu Palabra,
pero en este momento yo te pido
con todo mi corazón que me perdones,
que me levantes una vez más para poder pelear,
pero ahora no a mis fuerzas, sino en el nombre de Jesús.

Cantado (Él):
Reconozco, fue mi culpa, y hoy me apena estar así:
el pecado me ha atrapado arruinando mi vivir.
Hay una fuerza dentro de mí que me ha causado vivir así.
Oh, Jesús, dame tu mano y pelea Tú por mí. (Ella):
El poder de Cristo es grande que te puede transformar,
aunque solo te has sentido, a tu lado siempre está.
Él mis cargas ha llevado, mis pecados perdonó,
puede romper tus cadenas, darte vida y libertad.

Hablado:
Recuerda, hijo mío, yo ya vencí por ti,
y cuando tú peleas solo es porque te apartas de mí.
Pero hoy te digo:
“¡Levántate en mi nombre que sobretodo nombre es!
Ponte la armadura para que puedas resistir,
saca la espada del Espíritu que es la Palabra que te di,
y pelea, hijo mío, pelea sin temores.
Es cierto, Satanás piensa que es el príncipe de este mundo,
pero yo soy el Rey de Reyes y Señor de Señores.”

Cantado:
Hay nuevas fuerzas dentro de mí porque ahora Cristo ya vive aquí.
Hoy alabo por su gracia y su obra hecha en mí.
Si a Jesús tú le recibes, Él hará en ti lo que hizo por mí.

Él hará en ti lo que hizo por mí.