Relojes de arena

Y al mirar por la ventana quise ver un mundo nuevo,
Tal vez volar como un pájaro si yo me elevo.
No tuve relevo, siempre mis consecuencias y yo,
Ya no sé dónde encontrarme cuando evada el dolor.
Soy la máscara del asco, la cara B del vomitar,
Me preocupo por otros, que por mí, mi bien estar.
Rocé el cielo con las manos, se sentía artificial,
Igual de platónico que lo de no estar nunca mal.
¿Cómo quieres que te quiera? no me quiero ni a mí mismo,
Sin retroceso en el páramo al borde del egocentrismo.
Y en el abismo pude ver un rayo de luz; quemaba,
Fuerza, alma y corazón, ellas solas se mataban.
Como cuando estamos rotos y nos sentimos ordinarios,
Sin comer perdices; vegetarianos.
Corazón escuálido y su coraza que gangrena,
Nos creímos relojes de arena.