Vendiendo la fe

Cuando el miedo te quema la piel,
cuando apenas puedes respirar,
voy cayendo y perdiendo a la vez
ese atisbo de mi humanidad.

No hay ni siquiera un porqué.

En el frío de esta habitación
se ha perdido una parte de mí,
me ha dejado con la oscuridad
que he perdido y no puedo seguir.

No hay ni una triste canción,
solo hay un intenso sabor.

Como el viento que viene y se va
siempre a solas vendiendo la fe,
¿cómo puedo encontrar la verdad?
Ya no sé que buscar, ya no sé que puedo hacer.

Soy la sombra junto a la pared,
un sonido lejano y fugaz,
la mentira de una indecisión,
el principio de todo final. No hay ni una triste canción,
solo hay un intenso sabor.

Como el viento que viene y se va
siempre a solas vendiendo la fe,
¿cómo puedo encontrar la verdad?
Ya no sé que buscar, ya no sé que puedo hacer.

Tan amargo me sabe el final,
¿cómo puedo empezar a creer?
Cada vez que me acerco se va,
ya no sé que buscar, ya no sé que puedo hacer.

Solo espero que puedas sentir
el sonido lejano y fugaz
de mi mundo acercándome a ti,
ese atisbo de mi humanidad.